Los psicodélicos, tanto naturales como sintéticos, han resurgido como una prometedora alternativa terapéutica para tratar adicciones, especialmente los trastornos por uso de sustancias (TUS). Aunque utilizados ancestralmente y luego marginados por su clasificación legal, investigaciones recientes han mostrado que sustancias como la psilocibina, ketamina y ayahuasca, combinadas con psicoterapia, pueden reducir el consumo, el craving y mejorar el bienestar psicológico. Su acción se basa en la modulación del receptor 5-HT2A, lo que favorece la plasticidad neuronal y la reestructuración cognitiva. Además, podrían ser útiles en adicciones comportamentales. No obstante, existen limitaciones importantes en la calidad metodológica de los estudios actuales, por lo que se requieren investigaciones más rigurosas antes de su incorporación generalizada en la práctica clínica.