El juego online, especialmente entre jóvenes, está asociado a un riesgo creciente de adicción, con consecuencias como problemas de salud mental (ansiedad y depresión), deterioro de relaciones familiares, y dificultades académicas. La accesibilidad de las plataformas y la publicidad en redes sociales y eventos deportivos han normalizado esta actividad, atrayendo a adolescentes, de los cuales un 17,9% participó en apuestas en 2023. Factores como la impulsividad juvenil y falsas expectativas de ganar dinero rápido agravan esta vulnerabilidad.
En respuesta, expertos proponen medidas como regulaciones estrictas, límites de edad, controles de acceso, programas de autoexclusión y campañas educativas. También se destaca la necesidad de apoyo accesible para quienes enfrentan adicción y de educación temprana en familias y escuelas para prevenir este problema.