El texto analiza cómo la compraventa de sustancias ilegales ha evolucionado, destacando su creciente uso en redes sociales, especialmente entre jóvenes. Un estudio de Murillo-Rincón (2024) revela que muchos compradores y vendedores, principalmente en WhatsApp e Instagram, llevan más de dos años en esta práctica, con marihuana como la sustancia más común. La comunicación se realiza mediante emojis, y la actividad se percibe como normal, con baja percepción de riesgo y estigma. Se enfatiza la necesidad de desarrollar estrategias de prevención y control para abordar este fenómeno en aumento.