No es extraño encontrar en los textos sobre prevención una multiplicidad de expresiones: se habla de "prevenir las drogas", "prevenir los consumos", "prevenir las drogodependencias" o "prevenir los problemas de drogas". Como no puede tratarse de que se haga referencia a diferentes estrategias de prevención dirigidas a diferentes objetivos; parecería que se está pensando en un fenómeno poco delimitado, con evidentes rasgos de confusión en su planteamiento.
Resulta obvio que la primera condición para establecer unos criterios claros respecto a cómo intervenir debería ser concretar de forma indubitable el objeto de la intervención: si no se conoce a qué hay que anticiparse, difícilmente se pueden establecer estrategias para esa anticipación.

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