La conducción de vehículos con presencia de drogas en el organismo constituye un factor de riesgo de lesiones. Desde hace unos años existe un creciente interés y preocupación acerca de la implicación de las drogas en los accidentes de tráfico y en la instauración de medidas adecuadas para reducirlos.
De hecho, ya en el libro blanco sobre la política europea en seguridad vial se señaló la intervención en el campo de las drogas y la conducción como una de las prioridades para reducir (al 50% en el año 2010) la mortalidad por accidentes de tráfico. Por otra parte, evitar “conducir con presencia de drogas en el organismo” ha sido uno de los objetivos de la estrategia sobre drogas 2005-2012 y su plan de acción de la Unión Europea. A nivel internacional, la intervención dirigida a evitar conducir con presencia de drogas en el organismo sigue siendo una prioridad.
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