De entre todas las sustancias adictivas, el alcohol es la que más se consume, la que tiene una mayor responsabilidad en el desarrollo de patologías orgánicas y la que genera una serie de consecuencias de excepcional gravedad en el/la consumidor/a. Además, la adicción al alcohol suele presentar dificultades a nivel terapéutico, ya que se trata de una sustancia legal y, por tanto, con una alta disponibilidad, y con contundentes connotaciones ligadas a la cultura y al ocio.
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