La infección por COVID-19 y las medidas aplicadas para abordarla pueden empeorar las conductas adictivas o producir recaídas. Las consecuencias que la COVID-19 ha tenido en la vida diaria son diversas: ansiedad, incertidumbre sobre el futuro, soledad, depresión o incluso tendencias suicidas inducidas por el distanciamiento social y la tristeza por la muerte de seres queridos.
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