Actualmente, el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) se encuentra cada vez más generalizado en nuestra sociedad, especialmente entre la población adolescente. Según datos del Instituto Nacional de Estadística del año 2018, un 98% de los chicos y chicas de entre 16 y 24 años de edad había utilizado Internet en el último mes, y un 91,6% lo había usado de manera diaria, al menos una vez al día (Instituto Nacional de Estadística, 2018).
La aparición de efectos negativos relacionados con el uso excesivo de Internet ha suscitado en los últimos años el incremento de numerosos estudios que han tratado de definir este complejo fenómeno. Existe cierto consenso en la literatura científica para denominar a este constructo con el nombre de “Uso Problemático de Internet” (UPI), haciendo hincapié en un uso abusivo o problemático de la red, más que en un “trastorno adictivo” entendido de manera clásica (p.ej., Rial, Gómez, Isorna, Araujo y Varela, 2015).
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